155 (25 de julio de 2015)

Espadaler ha dicho que en Europa no se entendería que el Gobierno no hiciera uso de los mecanismos de los que dispone para el caso de una independencia unilateral de Cataluña.
¡Qué camino hemos recorrido en tres años! En 2012 Mas amenazaba con Europa a la cerril España dando por sentado que desde el extranjero se exigiría que el Gobierno permitiera un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Tanta seguridad hizo sospechar a no pocos que algún tipo de pacto secreto entre potencias había ya sellado la independencia de nuestra Comunidad. Yo mismo llegué a dudar. Se me hacía imposible pensar que el soberanismo actuara con un desprecio tan grande hacia el Derecho internacional, el Derecho de la UE y las reglas que rigen las relaciones internacionales.
Sin embargo no había ningún acuerdo; tan solo la ignorancia acerca de cómo se desenvuelve ese mundo en el que los nacionalistas querían ubicarse como titulares de un Estado soberano. Durante los años 2013 y 2014 se fueron sucediendo las declaraciones de líderes europeos en el sentido contrario al pretendido por Mas: ni exigencias a España para que permitiera un referéndum de autodeterminación ni complicidad con la Generalitat. Por si fuera poco, el no rotundo a la pretensión de que una hipotética Cataluña independiente se integrara en la UE desde el mismo momento de su separación de España.
Y ahora ya se admite que lo que espera Europa es, precisamente, que el Gobierno español ponga fin a este conflicto que condiciona la vida política de España y, por tanto, de la UE. La Europa que se esperaba que riñera a España aguarda impaciente… la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

No lo digo yo, lo dice Espadaler, uno de los asistentes a la Diada de 2012, la de “Cataluña, nuevo Estado de Europa”

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