miércoles, 28 de diciembre de 2011

El pasado, tan cerca y tan lejos

Me fascinan las fotos y las películas antiguas. Creo que ya he colgado algunas que he ido encontrando; pero hace un momento, al ver el facebook de Blanca Vilà me han entrado ganas de volver a sacar cosas del pasado que he ido encontrando. Aquí van:

La primera foto (de aproximadamente 1826)


La primera foto en la que se ve a una persona (1839)


Fotografía en color de un pueblo francés ¡en 1877!


Fotografía en color tomada en el Cáucaso hacia 1912


La Belle Epoque en color. Imágenes de varias ciudades europeas en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial






lunes, 26 de diciembre de 2011

Las ideas... esas cosas del pasado

En ocasiones ya te pones de mala uva nada más abrir el periódico. Esta mañana lo primero que me salta a los ojos al entrar en El País son una declaraciones del alcalde de Toledo (PSOE) en las que manifiesta que "El líder primero, y luego las ideas". Sorprende ¿no? Uno tiene el ingenuo planteamiento de que en política se está para llevar determinadas ideas a la práctica con el objetivo último de mejorar la sociedad; en ese sentido las ideas han de ser siempre lo primero. Cuando los ciudadanos elegimos a nuestros representantes sería deseable que lo hiciéramos teniendo en cuenta qué planteamientos hacen acerca de los problemas que afectan a la sociedad y cómo piensan abordarlos; de qué manera pretenden mejorar nuestra calidad de vida, cómo piensan facilitar que las personas consigan sus objetivos individuales y colectivos... en definitiva, se suponía que la política era, ante todo, una batalla de ideas guiada por criterios racionales.
No soy tan ingenuo como para no haberme dado cuenta de que esto que digo es ahora más un paradigma ideal que descripción real de la política; no se me oculta que entre ideología y gestión la gestión (mala gestión con frecuencia) le gana la partida a la ideología; y no creo que eso sea una buena noticia.
Ahora bien, hasta ahora no creo que ningún líder político relevante haya dado el paso de convertir la práctica en paradigma, de hacer pasar por bueno lo que es una perversión del sistema, de reconocer expresa y públicamente que lo de las ideas no tiene tanta importancia, que son más importantes las personas. Ahora el alcalde de Toledo ya lo ha hecho, y además de una manera fundamentada, porque en la entrevista añade que "no se le puede decir a gente muy preparada políticamente, como son casi todos nuestros militantes, que lo importante son las ideas y lo de menos los líderes". ¡Claro, hombre! Es evidente que todas esas personas "muy preparadas políticamente" ya están en el secreto, saben de sobra que las ideas no importan, que lo que cuentan son las personas que se pongan en un cartel electoral, que engatusen a los votantes con su simpatía, su carisma o lo que sea y acaben consiguiendo que los votos fluyan hacia las urnas. Una vez que se consigue el poder esas personas "muy preparadas políticamente" saben que cargos y prebendas vendrán de aquí y de allá y que no es hasta ese momento en el que hay que ponerse a pensar en qué se hará con el poder que se ha conseguido. Ese será el momento de las ideas, de las ideas orientadas a conseguir que el poder no desgaste, a explicar que todo lo bueno que pase (hasta que el tiempo mejore) es cosa suya y todo lo malo es culpa de otros; ideas dirigidas a conseguir que en la siguiente elección los votos vuelvan a fluir, lo único que importa. ¡Qué suerte sería que se pudiera tener el poder (las prebendas) sin gobernar! Eso sería la cuadratura del círculo de estos políticos actuales "tan preparados", tan preparados para ganar elecciones y tan poco preparados para gobernar; pero es que, claro, para gobernar (bien) se precisan ideas y eso, por lo que se ve, es lo que menos importa.
Y todavía se preguntarán las razones de la desafección de la ciudadanía.

SORPRESA: Esta tarde vuelvo a entrar en la noticia a la que hago referencia en esta entrada y veo con estupor que se ha modificado sin que alcance a ver indicación, advertencia o explicación de la mutación. El titular ya ha cambiado (ahora es "Es líder quien vence con sus ideas y propuestas") y se ha alterado el texto del artículo. Pues será que alguien se ha dado cuenta de que se les había ido la mano. Intentaré recuperar de alguna forma el artículo original. A ver si hay suerte...

PUES SÍ QUE HA HABIDO SUERTE. Aquí están, un poco borrosos, pero están, los pantallazos de la versión original de la entrevista que publicaba esta mañana El País:



viernes, 16 de diciembre de 2011

Manifiesto por la regeneración democrática

Manifiesto por la regeneración democrática elaborado por Carles Górriz López y Rafael Arenas García:

"El movimiento 15M ha puesto de manifiesto que somos muchos los que pensamos que la democracia española precisa reformas en profundidad. En los últimos treinta y cinco años nuestra democracia ha sido fuerte, ha permitido que los españoles viviéramos en paz y ha sido clave en el éxito más importante de los últimos dos siglos: la incorporación a la Unión Europea y con ello la plena participación de España en el proyecto europeo del que nos habíamos sentido ausentes durante buena parte de los siglos XIX y XX. Además, estos años han sido de desarrollo económico, potenciación de las infraestructuras, mejora de la sanidad y de la educación. España es a comienzos del siglo XXI un país desarrollado que participa plenamente en las relaciones internacionales en plano de igualdad con los países económica y socialmente más avanzados, y los españoles somos agentes activos en la nueva sociedad global. Todo esto no hubiera sido posible sin el sistema democrático al que da forma la Constitución de 1978, la más importante de las que ha tenido España en su Historia.

El reconocimiento de todos estos elementos postivos no debe, sin embargo, apartarnos de la necesaria tarea de crítica permanente al sistema que permita identificar sus puntos débiles y plantear propuestas para su mejora. En este sentido, el 15M ha de entenderse como una llamada de atención a la clase política que nos gobierna y cuya calidad se ha deteriorado peligrosamente en los últimos años. Este deterioro puede trasladarse al conjunto del sistema y producir una desafección en la ciudadanía cuyos primeros síntomas ya son manifiestos desde hace años (aumento del voto en blanco, del nulo en las últimas elecciones, altas tasas de abstención, etc.).

En este contexto resulta imprescindible una regeneración de nuestro sistema; regeneración que no será posible sin reformas de gran calado, algunas de las cuales precisarán la modificación de la Constitución. Se trata de reformas encaminadas a garantizar que las reglas del juego democrático sean más justas, a mejorar la calidad de la clase política y a potenciar la participación de la ciudadanía; se trata, por tanto de reformas en las que todos los partidos podrían (y deberían) estar de acuerdo, pues no implica opción alguna por políticas concretas.

En primer lugar, es imprescindible una reforma electoral. No es asumible que, por ejemplo, en las últimas elecciones generales celebradas el PNV con 303.000 votos consiguiera 6 escaños, mientras que UPyD con 303.000 votos obtuviera 1 solo e IU, con casi un millón de votos, sólo 2 –es decir, una tercera parte de los escaños conseguidos por el PNV-. Resulta evidente que el sistema electoral actual no consigue que el Congreso de los Diputados refleje las preferencias políticas de los ciudadanos y, por esto, debe reformarse el sistema electoral.

La reforma ha de pasar por la eliminación de la provincia como circunscripción electoral.. La única forma de conseguir una representación adecuada de la ciudadanía es tomar como circunscripción electoral en cada elección el territorio al que se refirere dicha elección: si se trata de las elecciones al Congreso la circunscripción ha de ser toda España; si las elecciones son autonómicas la circunscripción ha de ser la Comunidad Autónoma; si son europeas la circunscripción ha de ser Europa (lo que obligaría a la creación de auténticos partidos europeos) y si la elección es municipal ha de ser el municipio. Esta reforma es absolutamente imprescindible y debería, incluso, adoptarse antes de las próximas elecciones, so pena de que éstas, de nuevo, no ofrezcan una imagen fiel de la voluntad política de los españoles. Todo ello sin perjuicio de que las diferentes sensibilidades, culturas, tradiciones y lenguas se encuentren adecuadamente representadas por ser elementos consubstanciales de la sociedad que tienen que tener su reflejo en las instituciones públicas. El objetivo ha de ser conseguir una mejor representación, no la uniformización.

Los partidos políticos son imprescindibles para el funcionamiento de nuestra democracia. Asumimos, además, que son, en general, estructuras democráticas y abiertas. Por eso instamos a todos los españoles a integrarse y participar en la vida de los partidos: cuanto mayor sea la participación mayor será la proximidad de los partidos a los ciudadanos y mayores las posibilidades de que desde dentro de los partidos se produzca la transformación de la forma de hacer política. Ahora bien, en las circunstancias actuales es preciso realizar un esfuerzo importante de apertura de los partidos a la sociedad; esfuerzo que ha de concretarse en la abolición de las listas cerradas. Las elecciones deben permitir que los ciudadanos elijan de entre los candidatos presentados por los partidos aquellos que prefieran, sin tener que limitarse a optar por una u otra lista. Las listas abiertas son un elemento que incrementa la participación ciudadana y, a la vez, una limitación al poder de los partidos que, con el sistema actual, tienen una incidencia determinante en la composición de los distintos Parlamentos y demás órganos elegidos.

Los partidos hasta ahora, y con evidentes excepciones, no han sido mecanismos que llevaran a los mejores a las más altas cotas de responsabilidad. Una tarea fundamental de los partidos es la selección de las personas que han de desempeñar los cargos de más responsabilidad en nuestra vida política (Presidente del Gobierno y de las Comunidades Autónomas, Ministros y Consejeros, Diputados y Senadores, etc.). En los últimos años hemos visto como personas imputadas asumían y asumen dichos cargos; cómo personas sin formación académica ni curriculum personal son designados para puestos de una altísima responsabilidad. Esta situación pone en evidencia un fallo en el funcionamiento de los partidos que debe ser objeto de enmienda. Una mayor participación ciudadana y la sustitución de las listas cerradas por listas abiertas pueden ser un acicate para que los partidos opten por la vía del rigor y la excelencia en la confección de sus listas y en la elección de las personas que han de ejercer cargos de responsabilidad, tanto en los partidos como en las distintas administraciones, en los órganos legislativos y en las altas magistraturas judiciales. Solo así se conseguirá lograr una revalorización de la política y devolver el prestigio que merece la tarea que llevan a cabo los políticos.

Ahora bien, esta transformación tiene que ir acompañada de un cambio en la forma de hacer, en la que el debate sobre las ideas y actuaciones tiene que ser el único eje. Rechazamos que la política sea utilizada para la descalificación personal; vía fácil para exaltar emociones y hurtar a los ciudadanos debates sustanciales. No debería nunca votarse a un partido más que a partir de sus propuestas y planteamientos, lo que exige que todos los ciudadanos asuman la obligación de votar responsablemente, atendiendo a programas y teniendo en cuenta las propuestas que hacen unos y otros. Cualquier medida de gobierno que no estuviera incluida en el programa electoral solamente debería poder ser adoptada tras someterla a la consideración de la ciudadanía por medio de referendum, pues supone una actuación más allá de la representación otorgada por medio del voto. Este principio, que –evidentemente- puede admitir excepciones, es básico para que la ciudadanía asuma la necesidad de valorar programas y contenidos y no meras simpatías. Es una medida que contribuiría a elevar el bajísimo nivel actual del debate político.

La Administración ha de estar al servicio de los ciudadanos y no de los partidos. La proliferación de administraciones más parece justificada por la necesidad de colocar afines que por objetivos intereses generales. No sólo debe evitarse la proliferación de nuevas instituciones supérfluas e infructuosas  sino que debe estudiarse una reducción de la Administración y de las administraciones existentes, con criterios de eficiencia y racionalidad.

Además, deben eliminarse todos los cargos de designación política. La Administración ya está servida por empleados públicos que acceden –y debe velarse porque así sea- a sus cargos través de los criterios de mérito y de capacidad y que han de ser siempre leales con aquéllos a quien la voluntad popular ha puesto al frente de los designios públicos. Estos empleados públicos han de ser suficientes para la llevanza de los asuntos públicos, por lo que el recurso a cargos de designación directa no se encuentra justificado.

Igualmente debe revisarse el sistema de financiación de los partidos políticos. Dado que son una pieza fundamental del engranaje democrático, deben recibir una financiación pública suficiente, que puede venir dada por los resultados electorales obtenidos. El recurso al crédito debería estar prohibido, así como las donaciones anónimas. Los partidos deberían ser restrictivos en sus gastos y austeros. Las campañas electorales deberían ser igualmente austeras; la ocupación del espacio público por pancartas y la realización de mítins no se encuentra justificada hoy en día para la transmisión del mensaje político, debiendo optarse por vías menos gravosas y más sostenibles para la difusión de las ideas propias tales como la organización de debates y encuentros tanto en los medios de comunicación tradicionales como a través de internet. El envío de propaganda electoral a los domicilios debería estar prohibida. El objeto y fa función de los partidos políticos, esencial en una democracia parlamentaria, justificaría además que las cuentas de los partidos políticos fueran transparentes y estuvieran a la disposición del público.

Por último, España debe formar parte de la Unión Europa, y no sólo por razones económicas, sino también sociales, culturales e históricas. Pero no sirve una Europa cualquiera. Por consiguiente, debería aspirarse a una regeneración democrática de mayor alcance. En este sentido, es necesario construir una Unión Europea fuerte, democráctica, solvente, que constituya un referente esencial en las relaciones internacionales y sin la que sea concebible el futuro mundial."

jueves, 24 de noviembre de 2011

¿Qué hacer con 300 millones de euros en un año?


¿Pagar el sueldo de 7.500 médicos?



¿Pagar el sueldo de 8.300 maestros?



¿Subvencionar 100.000 plazas de guardería?



¿Pagar en su totalidad 37.500 plazas de estudiante universitario?



¿Eliminar las tasas de 300.000 estudiantes universitarios?



¿O, mejor todavía, una combinación de todo lo anterior?:

¿Contratar a 1000 médicos Y contratar a 1200 maestros Y crear 50.000 plazas de guardería Y reducir un 15% las tasas universitarias a 300.000 estudiantes?







O,

ALTERNATIVAMENTE,




Subvencionar TV3
(véase aquí y aquí)

lunes, 21 de noviembre de 2011

Los milagros de la ley electoral


De nuevo hoy tenemos ocasión de maravillarnos con los prodigios de la Ley Electoral. Hace tres años y medio mostraba mi asombro porque determinados partidos consiguieran más escaños que otros que habían tenido más votos (en realidad muchos más votos). Ahora se repite la historia. Veamos si no estos datos:

IU: 1680810 votos: 11 escaños.
CiU: 1014263 votos: 16 escaños.
UPyD: 1140242 votos: 5 escaños.
AMAIUR: 333628 votos: 7 escaños.
PNV: 323517 votos: 5 escaños.

Vemos como IU, que tiene 600.000 votos más que CiU tiene 5 escaños menos; CiU, que tiene 100.000 votos menos que UPyD recoge ¡3 veces los escaños de UPyD! (16 para CiU, 5 para UPyD); y AMAIUR, con cinco veces menos votos que IU y 3 veces menos votos que UPyD reúne 7 diputados, más de la mitad de los que tiene IU y 2 más que los de UPyD.
Si esto no es un cachondeo se parece mucho.
Y la culpa no la tiene la Ley d'Hondt, sino la provincia como circunscripción electoral. Me he entretenido en ver cuál sería la composición del Parlamento con una Ley Electoral racional, es decir, una en la que hubiera una circunscripción única aplicándose en dicha circunscripción la Ley d'Hondt para la atribución de escaños y estableciendo un límite mínimo de un 2% de los votos (solamente los partidos que llegan al 2% de los votos participan en el reparto de escaños, en el caso de las últimas elecciones los partidos que hayan alcanzado al menos 491.811 votos). El resultado sería el siguiente:

PP: 176 escaños (61.538 votos por escaño).
PSOE: 113 escaños (61,715 votos por escaño).
IU: 27 escaños (62.252 votos por escaño).
UPyD: 18 escaños (63.346 votos por escaño).
CiU: 16 escaños (63.391 votos por escaño).

Y si no se estableciese un límite de votos para el reparto de escaños el resultado sería el siguiente:

PP: 164 escaños (66.0400 votos por escaño).
PSOE: 105 escaños (66.417 votos por escaño).
IU: 25 escaños (67.232 votos por escaño).
UPyD: 17 escaños (67.073 votos por escaño).
CiU: 15 escaños (67617 votos por escaño).
AMAIUR: 5 escaños (66.725 votos por escaño).
PNV: 4 escaños (80.879 votos por escaño).
ERC: 3 escaños (85.464 votos por escaño).
EQUO: 3 escaños (71.925 votos por escaño).
BNG: 2 escaños (91.639 votos por escaño).
CC-NC-PNC: 2 escaños (71.775 votos por escaño).
COMPROMIS-Q: 1 escaño (121050 votos).
PACMA: 1 escaño (101.557 votos).
FAC: 1 escaño (99173 votos).
Eb: 1 escaño (97.706 votos).
PA: 1 escaño (76852 votos).

Desde luego bastante distinto de lo que tenemos, al menos para los partidos que se presentan en todo el Estado (PP, PSOE, IU y UPyD), resultando escandaloso el perjuicio que sufren IU y UPyD:

PP: 186 escaños (58.229 votos por escaño).
PSOE: 110 escaños (63.398 votos por escaño).
CiU: 16 escaños (63.391 votos por escaño).
IU: 11 escaños (152.800 votos por escaño).
AMAIUR: 7 escaños (47.661 votos por escaño).
UPyD: 5 escaños (228.048 votos por escaño).
PNV: 5 escaños (64.703 votos por escaño).
ERC: 3 escaños (85.464 votos por escaño).
BNG: 2 escaños (91.639 votos por escaño).
CC-NC-PNC: 2 escaños (71.775 votos por escaño).
COMPROMÍS -Q: 1 escaño (125.150 votos por escaño).
FAC: 1 escaño (99.173 votos por escaño).
GBAI: 1 escaño (42.411 otros por escaño).

Obsérvese que mientras a AMAIUR cada uno de sus siete diputados le ha "costado" 47.661 votos, cada diputado de IU tiene detrás 152.800 votos y cada uno de los de UPyD, ¡228.048 votos! Me parece intolerable. Fijémonos también en que EQUO (sin representación parlamentaria) ha obtenido más votos que cinco formaciones que sí tienen representación. Creo que es hora de hacérnoslo mirar y reformar de una vez una Ley Electoral que más parece una tomadura de pelo que un instrumento serio destinado a conseguir que el Parlamento sea fiel reflejo de la voluntad popular.

lunes, 14 de noviembre de 2011

La jirafa perdida

Hace muchos años, en África, una jirafa joven, casi una niña jirafa, mordisqueaba hojas de los árboles junto con las compañeras jirafas de su manada. La Jirafa encontró unos árboles muy sabrosos y se entretuvo en probar todas y cada una de sus hojas. Cuando se dio cuenta la manada ya no estaba. Se había quedado sola en medio de la sabana.
La Jirafa se asustó mucho, porque en la sabana una jirafa sola es presa fácil para los leones o los leopardos. Se puso a llorar pensando que no llegaría a ver la luz del día siguiente.
Sin saber qué hacer se metió más adentro del bosquecillo en el que estaba por ver si veía a alguien que la pudiera ayudar. Al poco vio en lo alto de una rama un pájaro grande y negro.
- Pájaro hermoso, pájaro hermoso - dijo la Jirafa - ¿podrías ayudarme?
- ¿Qué es lo que te pasa? - preguntó el Pájaro.
La Jirafa se lo explicó entre sollozos, cuando hubo concluido el Pájaro le preguntó:
- Y yo ¿cómo puedo ayudarte?
- Puedes volar alto y desde allí verás dónde están mis amigas jirafas. Así sabré hacia dónde ir.
- Es cierto - dijo el Pájaro- pero ¿por qué habría de ayudarte? ¿qué me darías a cambio?
- No tengo nada, soy una pobre jirafa perdida, casi una niña jirafa que no tiene nada - reconoció la Jirafa.
- Pues entonces, búscate la vida en otra parte - dijo el Pájaro- yo no te ayudaré.
La Jirafa se fue muy triste. Estaba oscureciendo y temblaba al pensar que tendría que pasar la noche sola.
Un poco más adentro del bosque vio a una serpiente que estaba enroscada en un tronco. Al ver cómo lloraba la Serpiente le preguntó:
- ¿Qué te pasa, Jirafa?
- Me he perdido - dijo la Jirafa - No encuentro a mi manada y si no puedo estar con ellos cuando caiga la noche los leones me atacarán y me comerán. Estoy muy asustada.
- ¡Pobre Jirafa! - dijo la Serpiente- ¿puedo ayudarte en algo?
La Jirafa dejó de llorar al ver la buena disposición de la Serpiente; pero negó con la cabeza.
- No se me ocurre qué podrías hacer. No vuelas ni eres capaz de subir rauda a lo alto de una colina para ver dónde están mis amigas; y no sé qué otra cosa podrías hacer para ayudarme.
- Tienes razón, amiga - reconoció la Serpiente - no veo forma en que podría ayudarte. Es una lástima.
Al oír aquello la Jirafa suspiró.
- Tú que me quieres ayudar, no puedes; y el Pájaro, que podría, no quiere. No tengo suerte.
- ¿Qué pájaro? - preguntó la Serpiente.
La Jirafa le explicó su encuentro con el Pájaro y cómo éste no había querido ayudarla.
- Pues quizás pueda ayudarte - dijo la Serpiente.
- ¿Ah sí? - se extrañó la Jirafa - ¿cómo?
La Serpiente se acercó a la Jirafa y le explicó lo que se le había ocurrido. Entonces ambas se dirigieron hacia dónde estaba el Pájaro, la Serpiente delante y la Jirafa un poco más atrás.
La Serpiente se acercó sigilosamente al Pájaro, que estaba limpiándose con mucho cuidado las plumas, y aprovechando su distracción se lanzó sobre él y comenzó a estrangularlo.
- ¡Socorro, socorro! gritaba el pájaro con la voz que le dejaba el abrazo de la Serpiente.
- ¿Qué te pasa? - preguntó la Jirafa que había hecho entonces acto de presencia.
- Esta serpiente me ahoga, ayúdame - suplicaba el Pájaro.
- Veo que ahora necesitas mi ayuda - dijo la Jirafa - pero ¿por qué habría de ayudarte?
- Volaré y localizaré a tus amigas; pero, por favor, quítame esta serpiente de encima.
La Jirafa asintió y lanzó sus patas hacia la Serpiente como si fuera a pisotearla, pero con cuidado para no darle. La Serpiente hizo como que se asustaba y se escondió entre unas hierbas.
- Gracias - dijo el Pájaro- ahora cumpliré con mi parte del trato.
Y salió volando hacia el cielo que ya estaba pasando del azul al negro. A los pocos minutos descendió suavemente sobre la rama.
- He visto a tus amigas. Están hacia allí - y con la mano señaló hacia el Oeste.
- ¡Muchas gracias! - dijo la Jirafa mientras se lanzaba al galope en la dirección que le había indicado el Pájaro.
Casi a la salida del bosque la esperaba la Serpiente.
- Tu idea ha funcionado a la perfección, muchas gracias Serpiente.
- Me alegro de que ahora puedas reunirte con tus amigos; pero ahora el Pájaro llamará a sus amigos e intentarán acabar conmigo.
- Siento que esto te cause problemas, amiga.
- ¿Te podría pedir un favor? - preguntó la Serpiente.
- Claro, me has salvado la vida.
- ¿Podría acompañarte? Ahora has visto que podemos formar un buen equipo.
- ¡Desde luego! ¡Sube a mi grupa!
Y la Serpiente subió a la grupa de la Jirafa, se enroscó en su cuello sin apretar y la Jirafa se lanzó al galope. Antes de que fuera completamente de noche encontró su manada. La Serpiente no se separó de ella y entre ambas salvaron de muchos peligros a las jirafas. Al cabo de unos pocos años la Jirafa era la jefa de la manada y la Serpiente siempre estaba con ella. Su leyenda se extendió por toda la sabana y las abuelas todavía hoy cuentan a sus nietos las historias de las dos amigas: la Jirafa y la Serpiente.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Hunger!

Hoy todos hablan de parálisis, crisis y recesión. Parece ser que Europa no crecerá según lo previsto, que la economía se estanca y que la disminución del PIB acecha. Tras año y medio de medidas de ajuste y restricción parece ser que la economía sigue sin funcionar; al revés, se encuentra cada vez más deprimida.
Qué casualidad que era esto mismo lo que predecían hace un año los "Economistas Aterrados" que se unieron para lanzar un manifiesto que era una advertencia: en épocas de crisis las políticas restrictivas son un suicidio. Enseguida se echaron sobre estos economistas los "ortodoxos" que mantienen que lo que sirvió en 1930 en Estados Unidos no serviría ahora y que lo mejor es continuar con la destrucción del Estado y del resto de las administraciones, la confianza ciega en los mercados y en que esto se arreglará por si solo sin intervención pública; los mismos ortodoxos que construyeron el contexto que permitió el desastre de 2008, la crisis de los activos tóxicos y el descontrol de los mercados de deuda.
En fin ¿seguiremos por la senda equivocada? Mucho me temo que sí, nuestros "líderes" no parece que sepan encontrar otro camino. Así el futuro que nos espera no es muy halagüeño que digamos.

Habrá que revisar el vídeo que se puede ver en este enlace:

martes, 8 de noviembre de 2011

Cosas que se aprenden viendo un debate


Hace años, creo que en 2003, me sorprendió que en una entrevista Zapatero -que entonces ya comenzaba a parecer el aprendiz de estadista que ahora es- ante la pregunta de si creía que sería algún día presidente del gobierno contestó sin dudar que estaba seguro que lo sería. Entonces no nos parecía a los profanos que fuera fácil que se cumpliera la profecía: el PP gobernaba con una mayoría absoluta inquebrantable, la economía iba bien, la sucesión de Aznar era un espectáculo de unanimidad y magnificencia envidiable... sin embargo Zapatero sabía lo que decía, era consciente de que para ser presidente del gobierno en España lo único que hay que hacer es mantenerse el tiempo suficiente al frente del PP o del PSOE. El sistema electoral y político que tenemos prima a los grandes partidos, dificulta hasta la imposibilidad el crecimiento de nuevas formaciones, por creciente que sea su apoyo popular y, además, PP y PSOE se ponen rápidamente de acuerdo si de lo que se trata es de evitar que entren nuevos invitados en su fiesta particular (y la vergonzante reforma de la Ley Electoral de este mismo año es un buen ejemplo de ello).
Zapatero sabía todo eso y, por tanto, era consciente de que lo único que tenía que hacer para ser presidente del gobierno era esperar al frente del PSOE el momento oportuno que más tarde o más temprano acabaría llegando. Y llegó, como todos sabemos. Me da la sensación de que Rajoy tiene el mismo conocimiento, y ya lo tenía en 2004, cuando inesperadamente perdió con Zapatero. Rajoy sabía que más tarde o más temprano llegaría su momento y que lo único que tenía que evitar es que lo movieran de la presidencia del PP antes de que su turno llegara.
Y tras el debate de ayer estoy convencido de que Rubalcaba piensa lo mismo. Rubalcaba asume que perderá (lo hizo explícito en más de una ocasión durante el debate) y se limitó a intentar forzar a Rajoy para que soltara alguna frase que pudiera serle útil en los debates que piensa que tendrá con él durante los siguientes años. Sabe Rubalcaba que lo único que tiene que evitar es que le muevan de la cúspide del PSOE y que si consigue eso más tarde o más temprano (en cuatro, en ocho años, en diez o doce a lo sumo) será presidente del gobierno. Su única preocupación habrá de ser el control del partido, pero en eso Rubalcaba parece gato viejo, y me parece que piensa que a partir de ahora lo único que tiene que hacer es esperar a que el gobierno de España caiga en su mano como fruta madura cuando le llegue la hora.
Lamentable, evidentemente; porque de esta forma lo que conseguimos es que personas que no son excepcionales nos gobiernen. Ayer durante el debate no vi a ningún estadista. Rajoy leyó más que habló (y sorprende en alguien que se ha sacado las oposiciones a registrador de la propiedad) y su expresión en determinados momentos inspiraba de todo menos confianza (esos ojos como platos, ese tic en la ceja). Rubalcaba por su parte perdió completamente el hilo del debate en la segunda parte, parecía perdido y la impresión era la de que no dominaba en absoluto los temas de los que hablaba (sanidad y educación). En un momento dado parecía ya cansado, como ido. Yo me preguntaba "y si tiene que negociar algo importante en Bruselas o en una cumbre internacional ¿cómo lo hará? ¿son conscientes en el extranjero que no aguanta más de una hora, que no tiene fuelle para más?"
¿Son éstas las mejores personas para gobernarnos? No me parece, y solamente podemos achacarnos a nosotros haber llegado a este punto de degradación. Me gustaría que los que se presentan a las elecciones fueran conscientes de que o ganan o se van para casa o tienen que volver a empezar de cero (como suele suceder en Estados Unidos). El sistema partitocrático en el que vivimos nos dio ayer una muestra más de la mediocridad a la que estamos condenados.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Did Richard Bancroft write William Shakespeare's works?

This summer I saw the theatrical release poster of "Anonymous", a movie that presents Edward de Vere as the true author of William Shakespeare's plays. I do not believe that de Vere is the "real" Shakespeare, but that poster of the film made me think again about this old mystery: who wrote Shakespeare's plays and poems?
As is widely known, since the 19th century, some scholars have argued that it is not easy to admit that a person like Shakespeare (low origin, few studies, small Latin and less Greek) had enough skills and culture to create one of the most magnificent (or, perhaps, the most splendid) individual contribution to Western literature ever. Doctors must discuss this issue. I have only read a part of William Shakespeare's works (maybe ten or twelve plays, no more) and I know nothing of literary criticism, so many of the arguments in the debate are far beyond my own knowledge.
However, it is true that I wonder how a person without a good education, as Shakespeare was, had assimilated the knowledge of the history of England, of Greek and Latin classics and of political science that is shown in Shakespeare's plays. If I were compelled to bet on this issue, my bet would be that later or earlier the true author of Hamlet and all the other wonderful works attributed to he actor from Stratford-upon-Avon will be discovered.
But, how to deal with this search, closer to Sherlock Holmes than to brainy professors of literature? The first clue is that Shakespeare stopped writing abruptly, or almost abruptly. A quick consultation to Wikipedia confirms that the last work that Shakespeare wrote alone was "The Tempest", which dates from 1611 (five years before Shakespeare's death). If this were a thriller, the conclusion would be that the real author behind Shakespeare, his ghostwriter, would have died in 1611 or 1610. The second clue is that the ghost author was, probably, a known person. If the "real" Shakespeare were a person without a public presence, why should he or she hide his or her name behind an actor's name?
Taking into account these two clues, the next step in our search is to see who died in England in 1610 and 1611. If we consult wikipedia again it is easy to obtain a "short list" of possible "Shakespeares". And in this list there is a name that could be interesting: Richard Bancroft.


Richard Bancroft, Archbishop of Canterbury died in 1610. He had a good education, including a stay in Cambridge. Born in 1544, he obtained a Doctorate in 1585. The same year, he was appointed treasurer of St. Paul's cathedral in London. In 1589, when Shakespeare's plays began to be represented Bancroft was in London, in a prestigious position that made impossible for him to work openly as a playwright. If Richard Bancroft had artistic inclinations, he had to find somebody who could lend him a name to be put on the first page of each of his works. It was absolutely impossible to be at the same time treasurer of St. Paul's cathedral (and Bishop of London since 1597 and Archbishop of Canterbury since 1604) and writer of plays and poems.
Of course, what I have just written proves nothing, but there are some significant coincidences between Bancroft and Shakespeare. First, we have already seen that Bancroft's death and the end of Shakespeare as playwright were almost simultaneous. Second, in 1600 Richard Bancroft was sent to Emdem (North Germany) as a member of an embassy aimed to solve certain problems between England... and the Kingdom of Denmark! Hamlet, prince of Denmark -Shakespeare's play- was written between 1599 and 1600. Is that just a coincidence?
Finally, it has been questioned whether Shakespeare was involved in the King James Bible. The King James Bible is the English translation of the Bible by the Church of England. This translation was ordered by King James I in 1604 and was completed in 1611. Although William Shakespeare was not a member of the team of translators, it has been argued that the style of the Bible is close in some points to Shakespeare's works. It seems that there is no direct evidence of Shakespeare implication in the translation of the Bible, but oddly, the "chief overseer" of the translation was... Richard Bancroft! Is that -again- just a coincidence?
Maybe nobody has argued, till now, that Bancroft is Shakespeare's ghostwriter, but al least, somebody has thought that Shakespeare was Bancroft's ghostwriter. I would like to think that that great author (Bancroft), unable to make public his work under his own name, gave free rein to his hidden talent in the translation of the Bible. Maybe he was not worried by the fact that somebody could discover his secret. Maybe at that point he hoped that somebody would understand that the same hand that had translated into English the Psalms and the Book of Judith had written Macbeth and Julius Caesar. Maybe he wished that in the future will shine the name of the true author of that wonderful plays and poems, the true name of the greatest talent of the literature in English. Maybe... 


viernes, 28 de octubre de 2011

Más sobre Richard Bancroft

Vuelvo con la locura ésta de que el verdadero autor de las obras de Shakespeare es Richard Bancroft, arzobispo de Canterbury y contemporáneo del actor a quien se atribuye una de las obras literarias más impresionantes de Occidente (si no la más impresionante). Dando vueltas por Internet en búsqueda de alguien que haya lanzado la hipótesis de que Bancroft es el verdadero Shakespeare me tropiezo con la información de que en algún momento se ha planteado la duda acerca de si Shakespeare participó en la redacción de la versión de la Biblia del Rey Jaime, una magna obra de traducción de toda la Biblia al inglés en la que participaron cincuenta y cuatro traductores y que estuvo supervisada por... ¡Richard Bancroft!
No he encontrado -todavía- que alguien haya defendido que Brancroft es Shakespeare; pero sí la duda sobre si Shakespeare participó en una obra en la que sabemos a ciencia cierta que colaboró Bancroft. ¿Podríamos pensar que ese gran escritor (Bancroft), imposibilitado de dar a conocer su obra bajo su propio nombre, había dando rienda suelta a su talento oculto en la traducción de la Biblia sin ser capaz de  disimular que la misma pluma que traducía o supervisaba la versión inglesa de los Salmos o del Libro de Judit era la que había escrito Macbeth o Julio Cesar? O, quizás, deseando que en algún momento su secreto fuera descubierto y finalmente brillara con luz propia el auténtico autor de las más grandes tragedias que en la escena se han representado, el talento más grande que ha conocido la lengua inglesa. ¿Hay alguien ahí afuera que me responda?

¿El auténtico William Shakespeare?

lunes, 17 de octubre de 2011

Los soldados del Rey

Y los soldados del Rey se los llevaron a todos a un castillo lejano y en el castillo les dijeron: "habéis sido elegidos para ser los soldados más valientes y feroces de nuestro Rey. Aquí os convertiremos en los mejores guerreros; pero para eso tenéis que olvidar a vuestras madres y a vuestros padres, a vuestros hermanos y vuestras casas". Los niños se preguntaban cómo podría ser eso; pero enseguida se lo aclararon: "vendrá el Mago y os dará un brebaje que os convertirá en fuertes y valientes y hará que os olvidéis de los que habéis dejado atrás". Entonces hizo su aparición en el patio del castillo, donde estaban formados todos lo niños, un Mago de vestido largo y sombrero con plumas en la cabeza. Llevaba una bandeja con seis copas y ofreció de ellas a todos los niños. Los niños cogieron la copa y bebieron; todos menos uno, que disimuladamente derramó el líquido mientras aparentaba beberlo. Cuando hubieron bebido el Mago se dirigió a uno de ellos: "Te acuerdas de tu padre", le preguntó. "No", respondió el niño. "Te acuerdas de tu madre". "No", volvió a decir el niño. "Te acuerdas de tus hermanos". "¿Qué son hermanos?" respondió otra vez el pequeño. "Te acuerdas de tu casa". "Nunca he tenido casa", fue lo que contestó el muchacho". "Bien" dijo complacido el Mago. "Ahora toma esta espada y parte ese tronco de un solo golpe", y le dio una espada al niño. El niño se dirigió al tronco y de un solo golpe lo partió en dos.
El niño que no había bebido el brebaje se acordaba de su padre, de su madre y de sus hermanos; pero temía no tener la fuerza que ahora tenían sus compañeros y se descubriera que no había tomado el brebaje. Así que decidió entrenarse por su cuenta para adquirir la misma fuerza que ahora tenían el resto de niños. Levantaba pesas, hacía flexiones y corría por las noches escapándose de la habitación en la que dormían. Tanto se esforzó que acabó siendo el más rápido y fuerte de todos los niños, y también el más diestro con las armas y en todos los ejercicios que les proponían.
Pasaron los años y el entrenamiento acabó. Los niños se convirtieron en soldados y tuvieron que ir a la guerra. El niño que no había tomado el brebaje fue designado jefe de sus compañeros por su valor, habilidad y fuerza. Con pericia les guió en sus primeros combates y derrotaron a los enemigos del Rey. Tras la primera guerra vino otra en la que también lucharon con valor y vencieron. Casi no había acabado ésta cuando el Rey llamó a los seis guerreros a su palacio y les dijo: "Todavía tenéis que derrotar a otro enemigo mío, un traidor que me ha robado una parte de lo que era mi reino y traído a su causa a los habitantes". Dirigíos allí y exterminad a todos, no dejéis a nadie vivo de los que allí encontréis."
Los guerreros asintieron, tomaron sus armas, montaron en sus caballos y se lanzaron al galope hacia donde les decía el Rey. Dos días después de su partida estaban llegando a las tierras que les habían indicado. A medida que se acercaban a la primera aldea que debían arrasar el soldado que de niño no había bebido el brebaje comenzó a recordar campos y casas. Se dio cuenta de que aquella era su propia aldea. Estaban ya casi junto a las primeras casas del pueblo y se disponían a atacar cuando ordenó que todos se detuvieran. Nadie entendió la orden, pero era el comandante y había que obedecerle. "No atacaremos hoy, acamparemos junto a aquellos árboles y mañana arrasaremos el pueblo". Dieron media vuelta y establecieron el campamento allí donde había indicado.
A la noche el jefe de los guerreros no podía dormir. No sabía cómo evitar que el pueblo del que tan bien se acordaba fuera arrasado. Paseando por los alrededores del campamento se llegó a la vera de un río. Allí, a la luz de la luna vio a una joven y hermosa mujer que parecía estar lavándose los pies en el agua.
- ¿Qué te preocupa, joven guerrero? - le preguntó.
El guerrero, sorprendido, le contó toda su historia y su angustia al no encontrar la forma de evitar que fuera él mismo quien destruyera su pueblo.
- Haz que tus soldados beban del agua del río, si lo hacen recordarán todo lo que el brebaje les hizo olvidar.
A la mañana siguiente el guerrero ordenó a sus soldados que llenaran sus cantimploras en el río, pero que no bebieran hasta que él se lo ordenase. Todos obedecieron, llenaron las cantimploras y montaron en los caballos lanzándose al galope hacia el pueblo.
Cuando estaban dispuestos en torno al pueblo para lanzarse al ataque el jefe les ordenó que bebieran. Todos lo hicieron y a todos les vino a la vez el recuerdo de aquel sitio que habían abandonado hacía tantos años. Estaban sorprendidos y fue el jefe quien les tuvo que explicar todo lo que había pasado. Cuando se dirigieron al pueblo ya habían abandonado las armas y entraron en él a pie, cogidos los caballos de las bridas, sintiéndose todavía los niños que eran cuando fueron raptados.
Sus madres, padres, hermanos y amigos les reconocieron y abrazaron, volvieron a sus casas y durmieron en las camas de su infancia. Durante dos días recobraron la niñez que habían perdido.
Al cabo de dos días, el jefe de los guerreros les reunió.
- No podemos seguir aquí indefinidamente - les dijo- el Rey mandará más soldados para arrasar el pueblo al ver que nosotros no lo hacemos. Tenemos que ser nosotros los que ataquemos. Iremos a la capital y derrocaremos al Rey.
Todos se juramentaron, tomaron sus armas, se subieron en sus caballos y se lanzaron como flechas hacia el palacio real.
Como eran tan buenos guerreros derrotaron a todos los soldados que les trataban de impedir el paso, llegaron al palacio del Rey y lo capturaron. Por todos sus crímenes lo encerraron en una celda para el resto de sus días.
Hubo entonces que nombrar un nuevo Rey, y el elegido fue el niño que no había tomado el brebaje, el jefe de los guerreros, que era una niña y se llamaba Cecilia, y sus compañeros eran Iker, Jordi, Joel, Maria y Laia.

viernes, 14 de octubre de 2011

Ideas de bombero

Andamos todos como locos con lo de la crisis para arriba y para abajo, y no es para menos, está claro. No voy a ser menos que la mayoría y también diré que la cosas está muy mal, que no se le acaba de ver solución y que entre unos y otros van a acabar con nosotros. Son muchos los problemas que nos acucian, pero para mi el fundamental es lo bajo de los salarios, tal como ya dije aquí en varias ocasiones. De que los salarios sean bajos se deriva una escasa capacidad de consumo, problemas para el fisco (que donde tiene más fácil recaudar es de las rentas del trabajo) y potenciales problemas para la Seguridad Social, ya que las cotizaciones también están en función del salario. La claridad del problema hace que me sorprenda que no sea presentado como lo que es: la debilidad estructural más importante de la economía española y, por el contrario, se insista en medidas que conducen a una disminución acentuada de los salarios.
Ciertamente, cuando el problema parece preocupar poco a quienes nos gobiernan resulta ilusorio pedirles soluciones para ello; soluciones que, si quieren ser estructurales, han de implicar un cambio significativo del modelo productivo, lo que lleva, a su vez, a profundizar en las inversiones en sectores como la educación, universidades e investigación, yendo mucho más allá de las operaciones de maquillaje que hemos vivido en los últimos años.
Ahora bien, incluso sin llegar a esos cambios estructurales se podría hacer alguna cosa que pudiera tener incidencia en este problema. Se me ocurría así, sin contrastarlo ni meditarlo (y de ahí el título de la entrada) que quizás pudiera utilizarse el Impuesto de Sociedades a este fin. La idea sería tan sencilla como ajustar el tipo del impuesto a los salarios de los trabajadores de las empresas de la sociedad. Así, si la mayoría de los trabajadores de una sociedad tienen un sueldo que no llega a los mil euros podríamos fijar un tipo del Impuesto de Sociedades del 40% (por ejemplo); si el salario de la mayoría de los trabajadores (no la media, que con la media es muy fácil compensar sueldos paupérrimos con remuneraciones de escándalo para los directivos) se sitúa entre los mil y los mil quinientos euros mensuales el tipo bajaría al 35%, si ese salario se ubica en la franja de los mil quinientos a los dos mil euros el tipo bajaría al 25%, si está entre los dos mi y dos mil quinientos euros el tipo sería del 20%, si se coloca entre los dos mil quinientos euros y los tres mil el tipo bajaría al 10% y, atención, si supera los tres mil euros el tipo sería del 0%, no habría Impuesto de Sociedades.
La idea que se pretendería transmitir es que se potenciaría a aquellas empresas que realizan un esfuerzo de distribución equitativa de salarios y que, además, crean valor añadido, aquellas empresas que operan en sectores en los que se genera más riqueza. ¿Disminuiría la recaudación? No creo, ya que cuanto más ganen los trabajadores más será lo que paguen por IRPF. La justicia de la medida estaría en que aquellas empresas que pagan mal a sus trabajadores verán gravados sus beneficios como "compensación" (las comillas son extraordinariamente necesarias) a su ineficiencia en generar salarios lo suficientemente altos. La pregunta sería ¿es justo que tenga beneficios una empresa que no puede pagar a sus trabajadores ni siquiera mil euros al mes? ¿podemos equilibrar esta injusticia haciendo pagar un impuesto mayor sobre estos beneficios?
Ya digo que es una idea de bombero y, seguramente, impracticable; pero se trata también de un grito desesperado que nace de ver cómo estamos tirando nuestra economía, nuestra sociedad y nuestro país a la basura sin que nadie ofrezca ni una sola idea, ni un solo hálito de esperanza.

domingo, 9 de octubre de 2011

Sobre academias y fragatas

Me ha sorprendido el artículo de Javier Marías de hoy en El País Semanal. En él explica que hace unas semanas falleció Don Eliseo Álvarez-Arenas, almirante de la Armada y miembro de la Real Academia Española (RAE). Al hilo de la figura del recientemente desaparecido, Javier Marías explica que quizás ha habido siempre un marino en la Academia para la correcta definición de los muchos términos marinos del español. Y es aquí donde viene mi sorpresa, porque bien había pensado hasta ahora que nunca un hombre de mar había formado parte de la RAE o, al menos, que hacía décadas que ninguno se ocupaba de los términos marinos que contiene el Diccionario de la Lengua Española del que es autora tan prestigiosa institución.
Esta impresión mía (equivocada como se ve) tiene su origen en una rápida consulta al Diccionario de la RAE hace unos años. En medio de una de esas periódicas polémicas sobre la definición de este o aquel término (que si "maestra" como mujer del maestro, o las diferencias entre las acepciones de "zorra" y "zorro", ya no me acuerdo qué fue en aquella ocasión) me tropecé con la definición de "fragata". Para el Diccionario "fragata" era "Buque de tres palos, con cofas y vergas en todos ellos. La de guerra tenía una sola batería corrida entre los puentes, además de la de cubierta". Leí y releí la definición estupefacto. Ciertamente, al igual que cualquiera que hubiera disfrutado con "De grumete a almirante", "Trafalgar" de Pérez Galdós o cualquiera de las novelas de Patrick O'Brian sobre el capitán Jack Aubrey, sabía a qué se refería el Diccionario: definía el término fragata tal como era empleado en el siglo XVIII, en la época de la navegación a vela; pero a la vez me imaginaba la sorpresa de cualquier escolar actual que se dirigiera al diccionario para consultar el sentido de la palabra "fragata" empleado, por ejemplo, en la siguiente frase que bien podría encontrarse en cualquier periódico actual: "España envía una fragata al Índico para colaborar en la lucha contra la piratería"; o ésta otra del número de hoy de El País: "El mantenimiento de los cuatro barcos norteamericanos [los destructores desplazados a Rota en el marco del escudo antimisiles], dada la similitud de su sistema de combate con el de las fragatas F-100 españolas..." ¡Vaya! Así que este escudo antisimisiles está basado en barcos cuyo sistema de combate es semejante al de "buques de tres palos con cofas y vergas en todos ellos y con una sola batería entre los puentes además de la de cubierta".
¿Cómo es posible que un término como éste, "fragata" no haya sido revisado en todas estas décadas? Y digo décadas porque hace décadas que las marinas del mundo (incluida la española) utilizan buques de guerra a los que denominan "fragatas" y que nada tienen que ver con la definición del Diccionario de la RAE. Me imagino que no será un ejemplo aislado y que, por tanto, es probable que no pocas de las definiciones de dicho Diccionario resulten ya prácticamente inútiles.
Durante la elaboración de mi tesis doctoral le cogí cierta manía al Diccionario de la RAE. A veces mis directores me recriminaban que utilizaba una palabra "que no existía", y el criterio de dicha existencia era el Diccionario de la RAE, al que se le otorgaba un valor normativo. A mi siempre me pareció que las palabras existen desde que se utilizan y que ningún diccionario puede alterar eso. Los buenos diccionarios no deben ser normativos, sino ganarse un prestigio por resolver de forma acertada las dudas que puedan asaltar a los usuarios del idioma y ayudándoles en su utilización mediante definiciones rigurosas y actualizadas. Evidentemente no se trata de convertir el diccionario en una enciclopedia; pero que la definición de "fragata" en el diccionario normativo del español sea la que he transcrito me parece una tomadura de pelo. Si en la Academia había un almirante y edición tras edición el término ha permanecido inalterado es que hay un problema en esa institución, y un problema grande, además. No me extraña que el diccionario pierda prestigio entre los profesionales y que su influencia se deba cada vez más únicamente a ese presunto carácter normativo que tan antipático me resulta. Cada vez lo veo más como una de esas fragatas que define en medio de un océano lleno de barcos mucho más modernos, más rápidos y mejor armados.



sábado, 1 de octubre de 2011

El árbol de la vida



Ayer vi "El árbol de la vida", de Terrence Malick y salí del cine con ganas de llorar; de llorar de pena al ver de qué forma tan estúpida se había malogrado la que podía haber sido una muy buen película.
Si no fuera porque se trata de Malick, a la media hora de proyección estaría pensando que me habían tomado el pelo, que había una cámara oculta o que el distribuidor de la película se había vuelto borracho y hacía pasar por película de ficción lo que no era más que un documental, ingenuo y pretencioso, sobre el origen de la vida; un documental que recorre unos cuantos miles de millones de años en unos minutos y acaba en el momento de la extinción de los dinosaurios; un documental que no es que esté mal; pero que ganaría si se quitara la música grandilocuente que le acompaña y se sustituyera por una voz en off que fuera explicando lo que se ve ("aquí podemos ver cómo se forman los primeros seres con ADN, obsérvese el antecedente de la conocida doble hélice"; "vean ahora cómo este avance supone una rápida proliferación de la vida por todo el planeta, no sólo en los océanos sino también en la tierra firme", etc.). Como digo, hubiera ganado el documental, aunque seguiría siendo un documental, no una película.
La película comienza a la media hora (más o menos, no miré el reloj para ir comprobando los tiempos); y es una muy buena película. La historia de una familia de clase media americana en los años cincuenta del siglo XX. El padre, la madre, tres hijos a los que se ve nacer y que durante la mayor parte de la historia tienen entre ocho y catorce años aproximadamente. Una historia bien contada a partir no de los grandes acontecimientos, sino de los sucesos ordinarios de la vida y que transmite a través de escenas cotidianas las grandes tensiones, los grandes dramas que en las familias son trasunto de conflictos universales: la autoridad del padre, la relación de éste con la madre; la forma en que los hijos toman a ambos como modelos; el cariño hacia los hijos y, a la vez, la violencia sobre éstos; las tensiones entre los hermanos (en parte por competir en la búsqueda del cariño de los padres); el descubrimiento de la sexualidad... Un buen puñado de humanidad bien presentado y en el justo término entre la historia concreta y los principios universales que representa. Muy buena y con momentos memorables en su aparente sencillez.
Y cuando llevas ya hora y media disfrutando de la película de verdad y ya casi no te acuerdas de las explosiones solares, las amebas y los meteoritos del comienzo; cuando crees que pese a todo te vas a quedar con un buen sabor de boca... ¡pumba! otro cuarto de hora (más o menos) de imágenes pretendidamente transcendentes y en realidad bastante ingenuas (una puerta en un espacio abierto, playas, terrenos rocosos...; todo de un simbolismo bastante básico, vaya); bonitas, pero carentes de la profundidad del mejor Malick, el de "La delgada línea roja" o "Días de cielo". Un cuarto de hora en el que, además, campa a sus anchas un Sean Penn que claramente no sabe qué es lo que se espera de él (y seguramente no es suya la culpa). Si, aún confundido por el buen recuerdo que deja la parte nuclear de la película, uno duda sobre si otorgar más valor a esas imágenes del final que el que aparentemente tienen; una patética repetición de un plano con girasoles que se retoma del comienzo de la película y el tópico plano final acaban por confirmar que en esta película Malick no ha acertado. Es una pena, porque, como digo, elementos hay de una buena película; pero para haberla conseguido hubiera sido preciso renunciar a todo el simbolismo fácil, que no hace más que estorbar, y concentrarse en esa historia de familia que tanto juego da. Ahí hay una película; el resultado final es, sin embargo, un tedioso, largo y pretencioso documental en el que hay que poner mucha voluntad para disfrutar del buen cine que en él se esconde.

martes, 27 de septiembre de 2011

De crisis y prioridades

Decir que estoy estupefacto es poco. Si vives en España y, más en concreto en Cataluña, la presión permanente que sientes por la presencia constante de la crisis es insoportable. Recortes y más recortes, y la amenaza constante de nuevos recortes. Permanentes llamadas a la austeridad y a la responsabilidad; medidas absolutamente excepcionales como es el recorte de la mitad de la paga extra de Navidad a un colectivo tan importante para la sociedad como son los profesionales sanitarios. Recorte que se anuncia a finales de septiembre sin que haya acuerdo ni nada que se le parezca con el sector. Una auténtica expropiación de varios cientos de euros a médicos, enfermeros y demás personal de la sanidad pública. Un atraco, vaya; justificado, de acuerdo con el Gobierno, por la situación excepcional que vivimos.
Y en medio de este panorama, junto a la noticia del mencionado atraco al personal sanitario, y del retraso en el pago a las residencias concertadas, leemos la noticia de que se va a dedicar un millón cuatrocientos mil euros al doblaje de películas en catalán. Va a aumentar, se dice, el número de espectadores de películas en catalán. Pero, ¿se dan cuenta de que no habrá quien vaya al cine? ¿Se dan cuenta de que cada vez hay más personas en paro, más personas que han perdido el subsidio y que caen rápida e inexorablemente en el pozo de la exclusión social? ¿Se dan cuenta de que mientras hablan de aumentar el número de espectadores en los cines gracias al dinero de todos hay personas que ven retrasados meses su operación, que disminuye el número de maestros, profesores de instituto y de universidad? ¿Se dan cuenta de que es inmoral dedicar dinero a una distracción que ya solamente está al alcance de una porción de la clase media (unos sesenta euros por familia para una tarde de cine tirando para abajo)?
¿Cómo se nos puede convencer de que estamos prácticamente en una economía de guerra, en una situación excepcional en la que se nos asusta con que los empleados públicos no cobrarán la nómina del próximo mes, con que los recortes en la sanidad y en la educación no han hecho más que empezar, o con la insostenibilidad del sistema público de pensiones y, a la vez, introducir ayudas millonarias para el cine o mantener las existentes a espectáculos reservados a una muy pequeña parte de la población como son ciertas programaciones de ópera? ¿Cómo se puede reducir el presupuesto de educación o las ayudas a las escuelas municipales de música y mantener la ayuda pública al Liceo (11 millones de euros por parte de la Generalitat de Catalunya en la temporada 2008/2009), que se recorta en un 15%, muy por debajo del recorte que se aplica a las escuelas de música (23%) y no sensiblemente superior a los recortes que se están aplicando en sectores mucho más transcendentales como puede ser la sanidad?
Hace unos meses ya indicaba que CiU era un partido tremendamente coherente. Lo malo es que su coherencia nos acabará hundiendo a todos.

sábado, 3 de septiembre de 2011

De sentencias y leyes

Parece que el virus de Zapatero se extiende a los miembros de su Gobierno. Hoy me han sorprendido las declaraciones del Ministro de Justicia en relación al auto del TSJC que establece un plazo de dos meses para que la Generalitat de Catalunya adopte las medidas precisas para que el castellano sea lengua vehicular en la enseñanza en esa Comunidad Autónoma. Según recoge entrecomillada La Vanguardia, el Ministro dijo que "las sentencias son para casos concretos" y que "lo que regula la conducta general de todos se llama ley, no sentencia".
Vamos por partes. Es cierto que lo que regula la conducta general es la ley, entendida "ley" no en sentido estricto (las leyes que elaboran las Cortes españolas y los Parlamentos de las Comunidades Autónomas) sino en sentido amplio, incluyendo junto a las leyes en sentido estricto las normas generales que dictan las Administraciones, lo que se conoce como Reglamentos. Tanto la ley en sentido estricto como las normas reglamentarias regulan la conducta general. Hasta aquí nada que objetar (así interpretado).
Lo que causa estupor es que este carácter general de la ley se utilice para hacer resaltar que las sentencias son para casos concretos, como queriendo excluir que por una sentencia se pueda modificar lo que establece una norma general. En el contexto en el que se dice la frase parece dirigida a mantener que el auto del TSJC (y la sentencia del TS que se ejecuta por medio de ese auto) solamente tendrá relevancia para las concretas familias que impugnaron, pero sin que pueda afectar al sistema educativo catalán en su conjunto, pues este está regulado por ley y no puede ser cambiado por una sentencia. Este, como digo, parece ser el sentido de la contraposición que hace el Ministro entre lo que hace la ley (regular la conducta general de todos) y lo que hace la sentencia (resolver los casos concretos).
Pues si esto es lo que quería decir el Ministro se olvida (y es mucho olvidar) que la jurisdicción contencioso-administrativa (la que dictó la sentencia de la que trae origen todo este follón) puede anular disposiciones reglamentarias, esto es, leyes en el sentido en el que utiliza la expresión el ministro. O sea que sí que es posible que una sentencia afecte a la conducta general; no regulándola directamente, sino anulando la norma que hasta la sentencia regulaba esa conducta general. Además, tampoco hay que olvidar que en nuestro sistema jurídico incluso las leyes en sentido estricto pueden ser anuladas por el Tribunal Constitucional. Cuando se trata de una ley en sentido estricto (no una norma reglamentaria) los tribunales no pueden anularla, tan solo el Tribunal Constitucional tiene esa potestad; pero esta posibilidad de anulación de la ley por el Tribunal Constitucional (del que fue Letrado el Sr. Caamaño) bien claro deja que las sentencias pueden afectar a la conducta general.
Por si lee esto alguien que no haya estudiado Derecho, le diré que todo lo que he explicado hasta aquí es materia más que sabida por los alumnos que hayan completado el primer curso de la carrera; se trata de cuestiones que, con frecuencia son explicadas en los primeros meses de la materia Derecho Constitucional. Creo que ahora se entenderá el estupor que me causaron las palabras del Ministro; y no tanto por su condición de Ministro; sino porque el Dr. Caamaño ha sido Letrado del Tribunal Constitucional y es Catedrático de Derecho Constitucional. ¿Será que la cercanía con el Sr. Zapatero tiene  el efecto de eliminar los conocimientos que se tuvieran con anterioridad al contacto con el todavía Presidente del Gobierno?

martes, 23 de agosto de 2011

El próximo congreso del PSC

A raíz de la última entrada de este blog, Eduardo Rojo me ha enviado la Ponencia Marco para el próximo congreso del PSC. Como creo que es importante que todos los ciudadanos (incluidos por supuesto lo que carecemos de militancia y nos limitamos a votar cuando se nos llama a ello) estemos al corriente del debate político más allá de los insultos, tópicos y vacuidades con que nos regalan los medios de comunicación tradicionales y los políticos en campaña electoral; cuelgo aquí la versión de dicha ponencia en su original catalán y su traducción al castellano.
En teoría este es un documento importante, pues servirá de base para adoptar el programa del PSC hasta el próximo congreso. Lo lógico es que las enmiendas que se planteen a esta ponencia la transformen; pero probablemente las grandes líneas se conservarán por lo que este documento de 60 páginas es una imagen bastante aproximada de lo que quiere ser el PSC. Otra cosa, desde luego, es que luego en la actuación política del día a día se sea más o menos fiel a este documento; pero si fuéramos un país serio este texto debería ser la base de los programas y las actuaciones de este partido en los próximos años.

¿Y qué es lo que quiere ser el PSC de acuerdo con estas 60 páginas? Advierto que me las he leído solamente una vez y en diagonal, por lo que puedo incurrir en imprecisiones o errores; pero me parece importante lanzar un debate que no se limite a eslóganes, creo que es nuestra responsabilidad como ciudadanos preocuparnos aunque solo sea mínimamente de estas cuestiones.
Los temas que se tratan en la Ponencia Marco son muy variados y me limitaré a hacer un recorrido breve por los que me han llamado más la atención. En primer lugar (no sigo el orden de la Ponencia) existe una llamada constante a la apertura del partido y a la implicación de la militancia. Se reconoce que el militante ha sido en ocasiones un mero espectador y se hace preciso que se le ofrezca un papel más activo en la toma de decisiones, en la configuración de la voluntad del partido a la vez que se insiste en la necesidad de ampliar la base del partido y tejer alianzas con diversos sectores de la sociedad. Desde luego esta vocación de apertura y participación me parece positiva y relevante; y seguramente no está desconectada de algunas de las demandas del 15-M.
En segundo término, existe una posición clara en materia de mantenimiento del Estado de Bienestar. En el debate que enfrenta a partidarios de la máxima liberalización y de la regulación la opción por la regulación, por la defensa de lo público y, en concreto, de los servicios públicos (sanidad y educación fundamentalmente) es clara. Se analizan las razones profundas que explican el retroceso actual del Estado de Bienestar, razones que se vinculan con la globalización, la desregulación y la disminución del poder del Estado y se apuesta por orientar la acción política en la línea de mantener unos niveles suficientes de protección social, incluyendo la posibilidad de una renta básica de ciudadanía. A mi esto también me gusta, soy un convencido de la necesidad de mantener lo público y encontrar mecanismos que garanticen la seguridad de las personas, lo que incluye sanidad y educación universales y mecanismos de prevención de las situaciones de exclusión social. Soy consciente de que no todo el mundo piensa así y que existen argumentos para defender un modelo diferente, un modelo basado en el Estado mínimo, la reducción de impuestos y la eficacia del mercado como mecanismo regulador; pero yo, como digo, soy de otra opinión y es por eso por lo que estoy de acuerdo con el planteamiento que de estos temas se hace en esta Ponencia; cosa distinta es cómo se consiga este objetivo de mantenimiento de unos servicios públicos de calidad; pero este es un tema que merece párrafo independiente.

La Ponencia, como digo, me gusta en sus grandes líneas; sobre todo en lo que se refiere a la apertura del partido y a la defensa de lo público; ahora bien, tratándose de la ponencia de un partido político y no un texto doctrinal creo (pero puedo estar equivocado) que debería ir más allá de este análisis general; debería ser algo diferente de, por ejemplo, "Algo va mal" de Tony Judt; libro que acabo de leer y que recomiendo vivamente. Y es aquí donde hay algo que no encaja. Existen propuestas concretas en el tema de la organización del partido (refuerzo de las agrupaciones sectoriales, eliminación de la sectorial virtual, preferencia por el sistema de primarias...); pero ¿qué se hará para conseguir el mantenimiento de los servicios públicos en una época de crisis como la actual? Aquí la concreción es mucho menor, y esa falta de concreción deriva en parte, en mi opinión, de un problema mucho más básico, que es el de la falta de concreción del marco de actuación del PSC (y esto nos remite al problema que trataba en la entrada de ayer).
Leyendo la ponencia, como digo, quedaba convencido con sus análisis más generales, válidos no solamente para Cataluña, sino para todo el mundo occidental; pero a la hora de examinar las políticas concretas me quedaba un tanto desconcertado; tan pronto se habla de una coordinación a nivel europeo o internacional (la reforma de las Naciones Unidas y del FMI, por ejemplo, son mencionadas, p. 48) como se dedica un análisis bastante detallado a la política Euromediterránea o se habla de la armonización fiscal a nivel español y europeo. La pregunta que me hago es ¿qué papel juega el PSC en todo esto?
Y es que como decía ayer el PSC es un partido catalán; pero, que, a la vez "representa" en Cataluña (permítaseme esta expresión poco técnica) a un partido español, el PSOE. Creo, por tanto, que debería estar claro en el PSC qué proyecto tienen para Cataluña pero también qué proyecto tienen para España ¿nos encontramos aquí ante una mera remisión a los planteamientos del PSOE o, por el contrario, existe un proyecto de España propio del PSC? Y esto no es una mera cuestión de principios, puramente teórica o testimonial ya que algunas de las propuestas que se hacen en la Ponencia solamente pueden ser abordadas a nivel estatal. En este sentido la articulación de las relaciones entre el PSC y el PSOE es fundamental y en la Ponencia sobre este tema se pasa de puntillas. He hecho un recuento de las veces en que aparecen las siglas PSOE en el documento y el resultado es que solamente sale en seis ocasiones.
Ahora bien, la cuestión de cuál es el proyecto del PSC para España o, más propiamente, cuál es el papel de España en el proyecto del PSC no se limita a la articulación de las relaciones con el PSOE; más allá de esto es preciso, y más en el momento actual, determinar cuáles son las líneas maestras para el PSC del encaje de Cataluña en España. Y aquí de nuevo el planteamiento del ponencia es, a mi juicio, insuficiente.
En primer lugar, en ningún momento se plantea de forma directa (salvo error u omisión por mi parte) la posibilidad de la independencia de Cataluña y se hacen múltiples referencias a la búsqueda de una España federal. Si se quisiera buscar un titular se tendría que decir que el objetivo del PSC es una España federal. Ahora bien, esto aún no es decir mucho. Federales son Estados Unidos y Alemania y las competencias de la federación y de los estados en uno y otro país varían sensiblemente. En España, sin ser un Estado federal, algunas competencias autonómicas superan a las que tienen los Länder en Alemania. La palabra federal sin una concreción de competencias no dice mucho. La única concreción significativa que encuentro en la Ponencia es el apoyo a un pacto fiscal solidario; aunque sin concretar su contenido.
Así pues, en la concreción del futuro de la relación entre Cataluña y el conjunto de España la Ponencia es ambigua; no se si conscientemente ambigua; pero sí ambigua. Existe una referencia al Estatuto de 2006 votado por los catalanes como objetivo; pero a la vez se habla de pleno autogobierno (¿qué quiere decir pleno?), no exclusión de una España confederal (que implicaría el derecho de separación de los Estados soberanos que la integrarían) y acercamiento a los grupos soberanistas de izquierdas. La conclusión que saco es que tanto está abierta la permanencia en España como la independencia pasando por todos los estadios intermedios. Es lógico que en el marco de esta ambigüedad las relaciones con el PSOE no sean objeto de un especial tratamiento pese a las evidentes tensiones que se han vivido en los últimos tiempos como consecuencia del proceso que condujo al Estatuto de Autonomía de 2006 y a la Sentencia del Tribunal Constitucional. Encuentro así explicación a las declaraciones de Francesc Vallès a las que me refería ayer. El PSC parece querer suficiente espacio como para poder atraer a todos los votantes progresistas de Catalunya sin que la cuestión, capital, de la estructura del Estado y sus relaciones con el PSOE sean un obstáculo para esta llamada universal al voto de izquierdas. El resultado es un planteamiento en el que hay mucha socialdemocracia teórica pero muy poca acción política. Y si se pretende escamotear el debate sobre el encaje de Cataluña en España al Congreso, órgano máximo del Partido (art. 6 de sus Estatutos) ¿cómo nos podemos creer la voluntad que manifiesta la Ponencia de dar una mayor participación a los militantes y a la que me refería antes? Pareciera que esa mayor participación está reservada a aquellos ámbitos en los que ni hay decisión tomada por quien manda ni tampoco un especial interés en cuál sea la solución. Desde esta perspectiva resultaría que los temas que aparecen tratados con mayor detalle en la Ponencia (globalización, servicios públicos, participación, el papel de Europa, las relaciones euromediterráneas...) son, precisamente, los menos relevantes. Como dijo Wittgenstein, la parte más importante de un libro es la que no está escrita.

lunes, 22 de agosto de 2011

PSC - PSOE

Acabo de leer una noticia que me ha dejado un tanto sorprendido. El responsable de la elaboración del programa del PSC para las elecciones generales del 20-N, Francesc Vallès, indica que se está preparando un programa muy ambicioso en materia de autogobierno (de Cataluña) que dará visibilidad al PSC. Queda pendiente, sin embargo, la articulación de los diputados del PSC con (o en) el grupo socialista; cuestión sobre la que no parece haber una decisión definitiva, decisión que deberá adoptarse en el congreso del PSC ¡que se celebrará en diciembre!
Aquí es donde me he perdido. Las elecciones son en noviembre; pero no será hasta diciembre cuando el PSC decida si se integra en el grupo socialista o si forma grupo propio en el Congreso (y, supongo, en el Senado también). Quien en noviembre vote PSC no sabrá si los diputados que elegirá se integrarán en la disciplina del grupo socialista (PSOE) o si, por el contrario, formarán un grupo aparte que, con independencia de que, evidentemente, estará muy próximo al PSOE, actuará con independencia de criterio.
Esta incertidumbre no tendría mayor importancia si se asumiera hasta sus últimas consecuencias lo que es formalmente cierto: que el PSC es un partido distinto del PSOE. De hecho las declaraciones de Vallès son perfectamente coherentes en esta clave; esto es, se asume sin complejos que el PSC es un partido con programa y planteamientos propios, soberano en el juego político. El mensaje no puede ser otro que quien vota PSC vota PSC, no PSOE.
El planteamiento es, como digo, formalmente impecable; pero las dudas vienen de que la realidad no es tan clara. Basta pasearse por cualquier ciudad del extrarradio de Barcelona para darse cuenta de que muchos votantes del PSC lo son, en realidad, del PSOE. Muchos votantes ni siquiera se dan cuenta de que están votando a un partido distinto del PSOE. Por coherencia sería necesario explicar con mucha claridad a todos esos votantes que pensarán el 20-N que "votan a Rubalcaba" (cuando no que votan a Felipe, lo he oído más de una vez) que en realidad su voto va a un partido distinto del PSOE, a un partido que puede decidir, por ejemplo, que en el Congreso votará en ciertas cuestiones de forma diferente a lo que hará el PSOE.
Y esa tarea de explicación la tendría que hacer fundamentalmente el PSOE porque si el PSC marca con tanta claridad su personalidad propia, su diferenciación del PSOE, su perfil propio ¿por qué el PSOE no se presenta en Cataluña? La respuesta es clara: si PSC y PSOE se presentan por separado los dos perderán. Seguro que se tienen hechos estudios profundos sobre ese escenario; estudios que yo desconozco, pero que intuyo que indicarán que una parte de los actuales votantes socialistas se quedarán en casa ante la confusión generada; y una parte de los que vayan a votar se inclinarán por otras opciones (ni PSOE ni PSC). Parte de los votos actuales del PSC podrían irse a IC o a CiU y una parte muy importante iría al PSOE. El PSC seguramente bajaría, sin que pudiera compensarse esa bajada por la hipotética afluencia de votos "catalanistas" que no votaban a un PSC vinculado al PSOE pero que sí votarían a un PSC independiente. El PSOE, por su parte, evidentemente no capitalizaría todos los votos del actual PSC y la suma de los obtenidos por ambos partidos sería así inferior a la cantidad que se consigue actualmente. Como remate, esta disminución de votos tendría, probablemente, una repercusión mucho mayor en los diputados obtenidos ya que el sistema electoral español prima a los partidos grandes sobre los pequeños, y PSOE y PSC por separado serían probablemente dos partidos medianos en Cataluña que, incluso sumando sus diputados, se verían superados por CiU y quizás, hasta por el PP.
Ante este panorama no es extraño que ni PSC ni PSOE quieran aclarar sus posiciones. Lo lógico ante un planteamiento como el que está haciendo el PSC es que el PSOE se presentara en Cataluña; pero eso no pasará. Cuando se acerque el momento de las elecciones las dos partes harán votos por su unión sin fisuras sin reparar en que el PSC plantea "unas altas cotas de autogobierno" que, probablemente, no podrían ser aceptadas por los socialistas asturianos, gallegos, andaluces o madrileños si se tomaran en serio. El tema del grupo propio será aireado en Cataluña e ignorado por el PSOE en el resto de España confiando en que de esta forma la cosecha de votos en Cataluña, especialmente en Barcelona, sea máxima. Se intentará pescar a los más catalanistas con un planteamiento rupturista confiando en que, a la vez, el "votante PSOE" no se entere mucho de estas cuestiones. Para ese votante basta con el discurso sobre los peligros de la derecha y la eterna dialéctica "pobres/ricos".
Lo que más me molesta es que se nos tome por tontos.